El Jardín Botánico Canario '' Viera y Clavijo ''
JUAN MANUEL LÓPEZ RAMÍREZ Y DAVID BRAMWELL
FOTOS: ANGEL L. ALDAI - TOÑO PERERA - DANIEL FERNÁNDEZ GALVÁN
El archipiélago canario
-con algo más de 7.000
km²- es una de las zonas
florísticas más interesantes del
mundo por la gran cantidad
de plantas exclusivas que posee.
De un total de 2.000, más de
500 especies son endémicas de
Canarias. Las Islas son consideradas
como un “laboratorio
natural para la evolución de
las plantas” y algunos de los
mejores ejemplos del mundo
de los procesos de radiación
adaptativa y evolución vicariante
los podemos encontrar aquí en
géneros como Echium (taginastes),
Aeonium (veroles), Argyranthemum
(magarzas) y Sideritis
(salvia blanca) y que pueden ser
observadas en el Jardín Canario.
Muchas de estas plantas son
extremadamente raras, algunas
de forma natural y otras por
los efectos directos de la mano
del hombre y de las actividades
en las Islas. La deforestación,
la agricultura, urbanizaciones y
contaminación así como la
sobreexplotación de acuíferos
son algunos de los factores que
han dado lugar a que más de
150 especies de las Islas estén en
peligro de extinción.
Breve reseña histórica
El Jardín Botánico Canario tiene
sus comienzos a principios de
la década de los años cincuenta
de este siglo cuando el botánico
sueco Eric Ragnor Sventenius
(1910-1973), que ya llevaba
varios años residiendo en las
Islas, propone su construcción al
entonces Presidente del Cabildo
de Gran Canaria, Don Matías
Vega Guerra, con la idea de recopilar
en un lugar de la Isla toda
la riqueza botánica del Archipiélago.
Don Matías hace este
sueño realidad en 1952. Una
vez seleccionado el lugar en una
zona del Barranco Guiniguada
rodeado de colinas a 7 kilómetros
de Las Palmas de Gran Canaria,
comienzan los trabajos de construcción
de los diferentes hábitats
presentes en las Islas. El Jardín
es abierto al publico en 1959, un
lugar en donde Sventenius pasó
el resto de su existencia, hasta
que un fatal accidente de tráfico
acaba con su vida en 1973. Había
logrado que el Jardín Canario
fuera un magnífico jardín público
con unos paisajes sorprendentes.
Él estableció una tradición y
un estilo en el moderno Jardín
Botánico Viera y Clavijo, que
aún continúa después de 30 años
de su muerte. Se le llamó Jardín
Botánico “Viera y Clavijo” para
honrar al naturalista canario del
siglo XVIII, amigo del eminente
botánico Cavanilles, el
botánico español más importante
de la época y pionero de las
Ciencias de la Naturaleza en el
Archipiélago. Don José de Viera
y Clavijo escribió el primer diccionario
de Historia Natural de
las Islas Canarias y fue la primera
persona que sugirió la posibilidad
de crear un Jardín Botánico específi
co dedicado a la flora Canaria.
En agosto de 1974 comienza
una segunda etapa con el nombramiento
del Dr. David Bramwell
como segundo director
del Jardín. Es en esta nueva fase
cuando el Botánico co-mienza
a consolidarse como un centro
de conservación e investigación
con la construcción de nuevos
laboratorios, un herbario y una
biblioteca, así como de un vivero
en donde mantener las colecciones
de planta viva. A través de los
años el jardín se ha convertido
en un lugar de gran importancia
para reuniones internacionales
y congresos, así como en un
Centro de Investigación de flora
de las Islas y de Conservación de
las especies vegetales en peligro,
y como un modelo para la conservación
de la flora endémica
local.
Descripción física
El Jardín Botánico “Viera y Clavijo”
está ubicado en el Barranco
Guiniguada a 7 kilómetros de la
ciudad de Las Palmas de Gran
Canaria, entre los barrios de Tafira
Baja y Tafira Alta. El Jardín, que
es el más grande de España, con
más de 27 hectáreas, no es sólo
un jardín, es además una institución
botánica con un significado global y un centro para la
conservación de la flora, investigación
y educación así como un
lugar para el disfrute y la relajación.
Cada año es
visitado por más de 250.000 personas
entre los que se incluyen
un número considerable de escolares
y jóvenes ávidos de saber.
El Jardín Botánico “Viera y Clavijo”
o Jardín Canario, como se le
conoce popularmente, está dedicado
a las floras de las Islas la
Macaronesia (Canarias, Madeira,
Azores y Cabo Verde) que conforman
uno de los “puntos calientes”
de la biodiversidad mundial.
Debido a su prestigio internacional
ha sido y es visitado por personas
de todo el mundo. Aquí se
pueden contemplar las fantásticas
colecciones de plantas canarias,
los cactus y suculentas de las
zonas áridas de África y América,
o el centro de Educación con la
Exposición permanente sobre la
Historia Natural de Gran Canaria
que nos recuerda el trabajo de
Viera y Clavijo.
JARDÍN DE LAS ISLAS
Situado entre la plaza de las palmeras
y el jardín de cactus, en
torno a un césped central se
sitúan diferentes rocallas, donde se
agrupan especies por islas de procedencia.
Muchos de los endemismos
más característicos y raros
de cada isla los podemos encontrar
aquí comoLotus pyranthus
de la Isla de La Palma, Cheirolophus
webbianus y Aeonium mascaense
de Tenerife -este último
probablemente ya extinguido en
la naturaleza- Euphorbia handiensis
encontrado solo en una
pequeña zona del Sur de Fuerteventura,
Helichrysum alucine de
La Gomera, y Parolinia Ornata
o “Dama” de Gran Canaria.
VEGETACIÓN HALÓFILA O DE
COSTA Y LAS CHARCAS
Esta zona está situada en la parte
más baja del Jardín y en ella,
sobre suelo arenoso, se halla
representada parte de la vegetación
costera cuya supervivencia
precisa la influencia marina. Por
eso la representación de especies
no puede ser exhaustiva, ya que
la cota inferior del Jardín es de
240 m. de altitud, siendo imposible
mantener ciertas plantas. Los
tarajales, balos y tabaibas dulces
dominan la vegetación. Aquí se
encuentran las dos cuevas que
fueron utilizadas como despacho
por Eric Sventenius durante
los primeros años de la construcción
del Jardín. En esta área,
una de las principales atracciones
es la charca, que cuenta con
una vegetación natural de especies
nativas propias de zonas muy
húmedas como juncos, colas de
caballo y espadañas, y que se ha
desarrollado de forma espontánea
como un ecosistema propio
con la adición de carpas europeas,
carpas doradas, cíclidos de
África, ranas, y tortugas de los
pantanos de Florida. La charca
es visitada regularmente por
garzas y garcetas, y a veces por
avetoros y martinetes durante
su visitas migratorias. Es uno de
los lugares del jardín preferido
por la población permanente
de “pollas de agua” (Gallinula chloropus chloropus).
LAURISILVA O MONTEVERDE
La laurisilva macaronésica es
quizás el ecosistema más importante
de todas las Islas Atlánticas.
Esto ha dado lugar a que
dos lugares de las Islas hayan
sido declarados como Patrimonio
de la Humanidad: El Parque
Nacional de Garajonay en la isla
de La Gomera (Islas Canarias),
y el Parque Forestal de la Isla
de Madeira. La Laurisilva en el
Jardín, que fue plantada en 1964,
se encuentra situada al pie de
la ladera, entre el edificio del
Centro de Exposiciones y la
Fuente de los Sabios. En este
lugar podemos observar todas las
especies de árboles y los arbustos
más raros de este ecosistema
tan especial. Entre especies destacamos
el til o “garoé” (Ocotea
foetens), árbol santo legendario
en la Historia de la isla de
El Hierro, la tabaiba de La
Gomera (Euphorbia lambii), el
saúco (Sambucus palmensis), o
la cresta de gallo de la isla de
Gran Canaria (Isoplexis chalcantha).
Los bosques de Laurisilva
de los Archipiélagos Macaronésicos
son relictos de la vegetación
del Terciario de la Región
Mediterránea. Estas formaciones
vegetales sólo han sobrevivido
en las Islas después de
las glaciaciones producidas en
Europa y el Norte de Africa.
PINAR
En esta formación vegetal predomina
el pino canario (Pinus
canariensis) que sólo se encuentra
de forma natural en las Islas
Canarias. Estos pinares estuvieron
más extendidos en otras
épocas, como demuestran los
fósiles encontrados en yacimientos
del Plioceno del sur
europeo. Desde el punto de
vista fitogeográfico, su pariente
más cercano es el pino del
Himalaya (Pinus roxbourghii). El
Pinar de Gran Canaria es probablemente
el más rico de todo
el Archipiélago, aunque su flora
es principalmente primaveral,
algunas especies florecen en
verano cuando la fragancia de
las agujas de los pinos caídas es
muy intensa. En el Jardín hay
dos áreas destinadas al pinar,
la principal se halla ubicada
en uno de los márgenes del
Barranco Guiniguada al otro
lado del Puente de Palo. Al igual
que la palmera, el pino canario
es un relicto de la flora Mediterránea
de la Era Terciaria y una
de las plantas canarias más utilizadas.
Su madera de “tea” (parte
más interna de los pinos viejos,
fuertemente resinosa), fue muy
utilizada en trabajos de carpintería
y ebanistería (artesonados,
techumbres, vigas maestras,
puertas, ventanas, muebles, etc.)
debido a sus especiales características
de dureza y una gran
resistencia al ataque de plagas.
Dentro de los arbustos más
atractivos que podemos encontrar
en el pinar destacan la
“jara”, Cistus symphytifolius o la
“cresta de gallo naranja” Isoplexis
isabelliana. Otras especies
que podemos encontrar en esta
área son el “rosalillo” Dendriopoterium
menendezii, el “corazoncillo”
Lotus genistoides, la
“magarza” Argyranthemum adauctum
y la “cebolla almorrana”
Scilla latifolia.
JARDÍN DE CACTUS Y PLANTAS CRASAS
El número de especies de plantas
crasas en todo el mundo se
estima en torno a las 10.000. El
grupo más numeroso es el de las
cactáceas -procedentes de América-
aunque abundan en suculentas
otras familias como las
euforbiáceas, crasuláceas, asclepiadáceas
y aizoáceas de África.
En su hábitat natural forman unos paisajes muy espectaculares, favoritos de los directores de películas del oeste. En este Jardín se pueden ver alrededor de 3.000 ejemplares, que representan una amplia selección mundial de especies crasas. Las plantas están situadas en un camino natural y algunas de las más espectaculares son la higuera de Socotra, la bayoneta (Yucca brevifolia),
la tunera gigante de las Islas Galápagos, y una extensa colección de aloes de África y Didieriaceas endémicas de la isla de Madagascar.
Muchas de estas plantas poseen hermosas flores de gran tamaño (Echinopsis, Borzicactus y Heliocereus),
aunque algunas solo florecen de noche, como es el caso de Selenocereus.
Muchas de estas plantas suculentas se hallan en peligro de extinción y un gran número
de éstas solo podrán sobrevivir en el futuro en cultivo.
Equipamientos singulares
Plaza de Don Matías Vega
Entrando al jardín por la parte baja -carretera del Dragonal- encontramos una gran plaza, denominada “Matías Vega” en memoria del presidente del Cabildo Insular de Gran Canaria que supo comprender el proyecto del Jardín Botánico
Canario y apoyarlo hasta hacerlo una realidad para disfrute de generaciones venideras. En la plaza destaca la espléndida palmera
canaria (Phoenix canariensis), planta endémica de Canarias, presente en las siete Islas y especie emblemática del Archipiélago.
Las culturas agrarias tradicionales han sabido sacar amplio provecho de
esta planta: esteras, sombreros, escobas, cestos, colmenas y techumbres para casas, sin olvidar la obtención de la miel de palma
conocida como “guarapo”.
La Fuente de los Sabios
Enclavada en el mismo corazón del Jardín, la fuente de los sabios es un monumento que se construyó para rendir un simbólico homenaje a aquellos naturalistas que en tiempos pasados tomaron contacto con la sorprendente naturaleza canaria, llegaron a admirarla y contribuyeron con su esfuerzo a conocerla mejor. El monumento, construido en piedra basáltica, posee una serie de plantas esculpidas y medallones de bronce en donde están grabados los rostros de Born-müller, Pitard, Bolle, Broussonet, Webb y Bertehelot y Masferrer, botánicos de los siglos XVIII y XIX.
Jardín Macaronésico Ornamental
Fernando Navarro Valle, el último conservador del Jardín que en 1980 pasó a mejor vida, construyó esta plaza que lleva ahora su nombre en su homenaje. La plaza “Fernando Navarro” está situada en el lado izquierdo del Barranco Guiniguada que cruza el Jardín, junto al vivero y a la altura del “Puente de Palo”. Los elementos más destacados que están en el centro de la plaza son los espectaculares dragos, algunos de Canarias y otros de Cabo Verde, y las colecciones de veroles (Aeonium). Especies canarias con valor ornamental han sido plantadas en un área que rodea a la Plaza, entre ellas están la
“hierba de Santa María” (Gonospermum ferulaceum), de las vertientes del Sur de Gran Canaria, la “col de risco” (Crambe arborea) de los riscos del Sur de Tenerife, y varias especies de Sideritis y Helichrysum.
En la entrada de la plaza hay uno de los pocos ejemplares de cedro
(Juniperus cedrus) procedente de Madeira, hoy en día extinguido en su hábitat natural.
El Jardín Escondido
Se trata de un pequeño invernadero, con alta concentración de humedad, que reproduce un ambiente tropical. Está realizado en memoria
de Zoë Bramwell, según el proyecto que hiciera antaño; interiormente posee un revestimiento de piedra volcánica que incluye una cueva
de la que mana un naciente de agua.
Aquí abundan las plantas acuáticas como juncos, papiros, le-
chugas de agua, bambúes, cu-lantrillos y helechos diversos. Es lugar idóneo para que prosperen violetas, anthuriums, crotos, ficus, etc.
Y aquí se muestra también una curiosa colección de bonsáis realizados con plantas canarias: pinos, dragos, dendropoteriums, aeoniums, tabaibas, árboles de la laurisilva y algunas curiosidades como las plataneras enanas y los naranjos.
El Puente de Piedra
Este hermoso puente construido en cantería roja originaria de Ayagaures, Gran Canaria, es una réplica del antiguo que atravesaba el Barranco Guiniguada a su paso por la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, uniendo los barrios históricos de Triana y Vegueta. En uno de sus lados está labrado el escudo de la Isla de Gran Canaria.En días soleados es frecuente poder observar desde este puente algunos de los ejemplares más grandes del lagarto gigante de Gran Canaria
(Gallotia stehlini), especie endémica de la Isla que alcanza los 90 cm. de longitud. El lagarto de Gran Canaria es el lacértido más
grande del mundo.
El Centro de Exposiciones
En este centro está ubicada la Exposición permanente de Historia Natural de Gran Canaria así como una réplica del despacho original del primer director del Jardín. Otros salones son
utilizados para exposiciones temporales de pintura, escultura, fotografía, etc. relacionadas con el medio natural y el Jardín. Este moderno edificio construido con cantería natural de Gran Canaria fue diseñado por Sventenius. Enfrente del Edificio nos encontramos con la Plaza de los Nenúfares, y a la derecha con El Alpendre, construcción tradicional canaria elaborada con piedra y cemento, y un tejado que se halla sostenido por una viga de madera de pino canario (tea).
En su interior, donde aún puede observarse “el pesebre”, están expuestos algunos de los utensilios empleados en la agricultura tradicional canaria.
El Centro de Investigación y Gestión
En el punto más alto del Jardín se encuentra el Centro de Investigación y Gestión en donde están ubicados los edificios de los laboratorios, la biblioteca, el herbario, el banco de semillas y las oficinas de administración. El edificio principal, fue construido con cantería roja de Ayagaures en 1965 y adquirido por el Cabildo de Gran Canaria en 1990. Desde aquí se divisa todo el jardín, lugar emblemático para la conservación de la flora como así lo demuestran las muchas reuniones internacionales celebradas durante los 10 últimos años. La investigación sobre la conservación de la flora, biología reproductiva, taxonomía y evolución de la flora canaria han hecho del jardín el mayor centro para el estudio de la
biología de la Isla. Este edificio conocido popularmente como la “Casa de Mister Pavillard” -que lleva el nombre de su propietario original, médico y escritor- también alberga el departamento de Educación que se encarga de la elaboración de los programas didácticos del Jardín.
El banco de Germoplasma permite conservar las semillas durante largos periodos de tiempo, en especial de aquellos endemismos de las Islas Canarias que se encuentran en mayor peligro de extinción. Este banco es el único que existe en la actualidad en el Archipiélago.
En los últimos años el personal del Jardín y colaboradores han descubierto y clasificado un gran número de nuevas especies de plantas, en especial de Gran Canaria, lo que ha significado una gran contribución a nuestro conocimiento de la biodiversidad y a la del patrimonio natural de nuestro planeta.
El Jardín del Mundo
Fue inaugurado el 15 de diciembre del año 2002 por el Excmo. Señor Presidente del Gobierno de Canarias Don Román Rodríguez, durante los actos de conmemoración del 50 aniversario del Jardín Botánico Canario, donde también se descubrió una escultura homenaje a Eric Sventenius. En este jardín, en donde se incluyen cinco zonas diferentes dedicadas a cada uno de los continentes del planeta, podemos admirar las especies vegetales más representativas de cada uno. En esta nueva zona del jardín también se incluye la zona de los lagos y la cascada inspirados en los típicos jardines japoneses. Bordeando los lagos nos encontramos con las especies endémicas de las Islas Canarias que se encuentran en peligro o amenazadas.
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