El Lagarto Gigante de La Gomera,
más magia para la isla colombina
Sus restos fósiles repartidos por toda la geografía insular, exceptuando sus zonas más frías y de mayor umbría, donde la nube del alisio abraza a la Isla regalándole la fundamental agua, son una clara evidencia del mejor pasado del que gozó el saurio gomero. Unidos a ellos, los comentarios de Manuel Gámez, un humilde vecino de Valle Gran Rey, llenaron de esperanza a un equipo de zoólogos de la Universidad de La Laguna, que no dudaron en movilizar todo lo necesario para intentar volver a redescubrir al gigante colombino.
Según los testimonios de la familia de Manuel Gámez, él había visto por última vez al escaso reptil en la zona de Quiebracanillas, pie de monte del Risco de La Mérica, en el turístico municipio de Valle Gran Rey. ¿Seguiría refugiado el lagarto gigante en su inexpugnable atalaya? La primera pieza a mover en esta emocionante tarea que supone el intentar redescubrir a una especie es, sin duda, hacer cuidadosas prospecciones en el lugar donde nos saludó por última vez.
El resultado fue positivo, pudiéndose añadir una nueva joya al rico y singular tesoro que supone la biodiversidad gomera. Los lagartos seguían desafiando a todos sus feroces depredadores, empeñados en hurtarnos a tan singular especie, en los inaccesibles andenes del impresionante acantilado de La Mérica, gozando desde allí de las conmovedoras puestas de sol que ofrece cualquier oeste que muere en la inmensidad del mar.
Sin embargo, si bien el pasado del lagarto había sido floreciente y el presente ilusionante, su futuro no pasaba de ser, cuando menos, incierto. Había que ponerse manos a la obra en ese mismo instante, para intentar rescatar al ilustre lagarto gomero de la oscura boca del lobo que supone la extinción.
Para este desesperado rescate, se decide criar en cautividad al lagarto de blanca garganta en un lagartario. El primero de ellos estaba situado en el pequeño caserío de Antoncojo, de belleza indudable aunque no con el clima idóneo para un animal de sangre fría, que necesita termoregularse con la gratuita energía solar. Por ello, se construye un segundo lagartario a escasos metros de la vertical pared del risco de La Mérica, donde está situada la única población natural conocida de la especie.
Actualmente la situación del lagarto gomero es mucho más esperanzadora. Se encuentra en fase de elaboración el Plan de Recuperación, se le ha otorgado un Proyecto Life Naturaleza para ayudar a la recuperación de la especie, en el cual participan la Unión Europea, el Gobierno de Canarias, el Excmo. Cabildo Insular de La Gomera y el Ilustre Ayuntamiento de Valle Gran Rey.
Gracias al buen trabajo realizado, unido a una importante campaña de educación ambiental encaminada a intentar que el gomero se sienta orgulloso y entienda la importancia que posee su lagarto, se ha logrado que el gigante colombino pueda mirar hacia adelante con esperanza, esperanza de poder aportar más magia a la isla del descubrimiento.